Ross Andru
Superman vs el asombroso Spiderman

 

Editores: DC - Marvel - Zinco

En las colecciones: Marvel/DC - Spiderman - Superman

En las series: Asombroso SpidermanSuperman

Tipo: Tomo

Género: Superhéroes


  • Superman vs. the Amazing Spider-man (1976)

En cierto modo, este tebeo es el responsable (o al menos uno de ellos) de la curiosa amalgama de personajes, referencias y universos de ficción en que se acabó convirtiendo mi saga holmesiana.

Supe de la existencia de este cómic siendo muy crío, gracias a un amigo de la infancia que se había criado (creo recordar) en Suiza. Volvió a España siendo muy niño, nos hicimos amigos y un día trajo la versión en alemán de este tebeo. Yo ni pajolera idea de alemán, pero mi amigo algo chapurreaba, así que se las arregló para más o menos contarme los diálogos. Que tampoco es que hiciera mucha falta. Si algo tenía la narrativa de los tebeos de superhéroes de esa época es que era tan clara que podías seguir perfectamente la historia sin necesidad del texto.

Lo que me dejó alucinado del asunto fue la idea de que Superman y Spiderman colaborasen. Eran de editoriales distintas, al fin y al cabo, así que era un pelín extraño. Al mismo tiempo, por paradójico que resulte, me pareció lo más normal del mundo. Al fin y al cabo, Spiderman vivía en Nueva York y Superman había visitado antes la Gran Manzana, así que por qué no se iban a encontrar los dos.

Esa fue la semilla. Fue creciendo muy despacio en la penumbra sin que yo me diese cuenta, ganando forma y fuerza con el correr de los años y terminó germinando a mediados de los dos mil cuando Bibliópolis reeditó mi primera novela de Sherlock Holmes y me puse a escribir la segunda. En aquel momento todo eclosionó y de pronto me encontré entre manos con un cosmos narrativo en el que estaban, no solo el detective de Baker Street y las creaciones de Lovecraft, sino también los superhéroes y los malvados villanos de las novelas pulp, y los pistoleros de mis westerns favoritos y los espías atormentados de las movelas de le Carré... y un montón de cosas más que metí en esas cuatro novelas y de las que no soy consciente.

Y todo viene, en cierto modo, de este cómic.

Que, por otro lado, es cojonudo. El guión de Gerry Conway es modélico. Conoce bien a ambos personajes y sus diferentes entornos y los caracteriza a la perfección y equilibra de maravilla el «tiempo de pantalla», por asi decir, de cada uno. Si a eso unimos lo que, para mí, es el mejor trabajo de Ross Andru como dibujante (ayudado por un grupo de entintadores de lujo, entre ellos Dick Giordano y Neal Adams, creo recordar), tenemos un tebeo cojonudo, que es una delicia de leer. Qué más se puede pedir.